Declaración de organizaciones contra la violencia obstétrica y por el parto respetado.

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, diversas organizaciones nos articulamos para cuestionar el trato que día a día reciben en Chile las mujeres en torno a su salud sexual y reproductiva, teniendo como máxima expresión de ello la Violencia Gineco-Obstétrica. Ésta se manifiesta principalmente durante la atención de la gestación, parto y postparto de manera transversal en los diferentes servicios de salud, reflejándose en burlas, insultos, amenazas, insensibilidad al dolor y enfermedades femeninas, manipulación de la información, omisión de la atención oportuna, abuso o negación de medicación, utilización de métodos agresivos en partos de bajo riesgo y otros, trayendo consigo graves consecuencias físicas y psicológicas en quienes las sufren.

Ante estas malas prácticas, que reconocemos como manifestaciones sostenidas e invisibilizadas de violencia hacia la mujer, queremos mostrar nuestro descontento ya que creemos firmemente que no tienen justificación, ni desde un punto de vista médico ni menos ético. Sabemos, pues la ciencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y distintos tratados internacionales nos avalan, que todos los procesos reproductivos y de nacimiento son una experiencia natural y una expresión de plena salud en la vida de una mujer. Por esto es que los procedimientos relacionados deben estar centrados en todo momento en el respeto por su fisiología y la de su hijo/a, resguardando su intimidad, dignidad e integridad física y emocional.

Al respecto, la OMS ha declarado que “todas las mujeres tienen el derecho al mayor estándar de salud posible, incluyendo el derecho al cuidado respetuoso y digno durante la gestación y el parto”. Sin embargo, día a día recibimos dolorosos testimonios de mujeres con historias de maltrato ocurridas en total impunidad y con nulas posibilidades de participar activamente en la toma de decisiones sobre las distintas etapas de sus procesos. Mujeres que terminan aceptando la violencia como el tributo que deben pagar por traer un hijo al mundo. Vemos con preocupación la indolencia por parte de algunos integrantes de los equipos de salud o incluso instituciones completas, respecto al uso y abuso del poder que ellos tienen en el momento de mayor vulnerabilidad de la mujer que acude a ellos buscando ayuda.

En Latinoamérica, vemos cómo el concepto de “violencia obstétrica” poco a poco se ha instalado y se ha aplicado a leyes en países como Venezuela, Argentina y México. Aunque en Chile ya existen varias organizaciones que trabajan el tema y están dispuestas revisar, debatir, y participar activamente en pos de mejorar las condiciones del nacimiento en nuestro país, vemos con pesar que el sistema de salud, autoridades y legisladores aún no validan el concepto de este maltrato específico y las implicancias que tiene aún no son dimensionadas ni reconocidas como tal. Si bien recientemente se creó un Proyecto de Ley para establecer los derechos de la mujer embarazada durante el trabajo de parto, parto y postparto, además de sancionar la violencia gineco-obstétrica presentada en el Congreso Nacional a inicios del año 2015, éste aún se encuentra detenido en la Cámara de Diputados sin carácter de urgencia.

Creemos que es fundamental que las instituciones pertinentes se abran a reconocer esta problemática, promuevan mejoras inmediatas, colaboren en informar a las usuarias sobre sus derechos al momento de ser atendidas y promover un parto humanizado. Tenemos la convicción de que una mujer consciente e informada es una mujer facultada para tomar sus propias decisiones.

Al mismo tiempo, se debería respetar y proteger la opción de cada una al momento de parir, ya sea acudir a un servicio de salud establecido o tener un parto en casa, entregándole en todo momento una atención digna y asegurando asistencia profesional y cobertura de los seguros de salud tal como ocurre en países como Reino Unido, Holanda, Suecia, entre otros.

Para finalizar, todas las organizaciones reunidas en esta declaración defendemos la soberanía del cuerpo de la mujeres, considerándolas como sujetos capaces de decidir e instamos a éstas, a sus parejas y familias a exigir respeto durante sus procesos reproductivos como parte de sus derechos humanos; a tomar decisiones libres e informadas y a denunciar actos de violencia obstétrica, que por supuesto también constituyen un tipo de violencia de género, en las instituciones correspondientes.

Se adhieren a esta declaración las siguientes organizaciones:

  • Agrupación Ritmos de la Tierra
  • Colectivo Contra la Violencia Obstétrica
  • Dulce Matria
  • Nacer en libertad
  • Observatorio de Violencia Obstétrica
  • Parir(NOS) Chile
  • Relacahupan Chile
  • Siembra Chile
  • Tribu de parto

Pueden descargar documento en este LINK

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