La matrona y directora de OVO Chile, advirtió en conversación que la falta de anestesia en los partos del Hospital Van Buren constituye una grave vulneración de derechos, amparados por ley, que expone a las mujeres a experiencias traumáticas e innecesarias.
La directora de OVO Chile, Carolina González, conversó con el noticiero 24 Horas de TVN para referirse a la grave situación que se vive en el Hospital Van Buren de Valparaíso, donde diversas mujeres denunciaron haber tenido partos sin acceso a anestesia.
Según explicó, este no es un problema aislado ni una falla puntual del hospital, sino que refleja una vulneración de derechos estructural que debe ser abordada con urgencia. “En Chile esto es parte de una ley de acceso a la analgesia, que puede ser farmacológica o no farmacológica. Por lo tanto, todas las mujeres que tienen parto en el sistema público o privado, por ley tienen derecho al alivio del dolor”, señaló. En ese sentido, no contar con el personal suficiente para garantizar ese derecho constituye una vulneración clara y grave.
Las denuncias surgieron luego de que varias mujeres relataran sus experiencias al no recibir anestesia durante el trabajo de parto porque no había anestesistas disponibles. Frente a esto, González fue enfática: “No proveer el personal que nos permita cumplir la ley es una vulneración sin duda”. Y agregó que esta falta de respuesta institucional afecta directamente la vivencia del parto. “No contar con anestesia provee del trabajo de parto mismo en una situación de colapso emocional y psicológico, y a largo plazo hay mujeres que deciden no tener más hijos por la experiencia traumática vivida”, explicó.
González también abordó el hecho de que aún existen prácticas desactualizadas en algunos centros de salud, donde se exige cierto nivel de dilatación para entregar anestesia. “Antiguamente se pedía a la usuaria estar sobre 5 centímetros para poder optar a la anestesia. Hoy día basta con que la mujer esté en trabajo de parto, con contracciones cada cinco minutos y que solicite la analgesia. La solicitud materna es lo primordial. Esa usuaria está viviendo la necesidad de aliviar su dolor y eso es suficiente para poder proveerle alivio”, recalcó.
Uno de los factores clave detrás de esta situación es la falta de formación y recursos en el sistema de salud, tanto público como privado. “Existe una brecha enorme de capacitación respecto al acompañamiento respetuoso del parto. En el sistema público no tenemos los recursos para entregar la formación actualizada que permita que matronas, médicos, anestesistas y otros profesionales puedan brindar una atención basada en la evidencia y con orientación al respeto y la dignidad de las personas”.
González subrayó que esta precariedad también expone a los propios profesionales de la salud, quienes muchas veces trabajan en condiciones adversas, sin insumos ni espacios adecuados para ofrecer alivio no farmacológico del dolor, como salas integrales o tinas de agua caliente. “Cuando no hay anestesista disponible porque está resolviendo una cirugía de urgencia en pabellón central, nosotras como matronas muchas veces no tenemos alternativas para ofrecer a las mujeres. Es complejo en ese sentido”.
Finalmente, la matrona denunció que todo esto forma parte de una violencia institucional más amplia, que se reproduce desde la formación profesional hasta el ejercicio clínico diario. “Hay una violencia institucionalizada donde te formas desde el pregrado con docentes que ejercen violencia. Luego entras en una dinámica de turnos donde hay violencia del paciente hacia el profesional, y del profesional hacia el paciente. Se genera una espiral de maltrato donde es difícil salir, incluso para quienes desean ejercer de otra forma”, concluyó.
Desde OVO Chile hacemos un llamado urgente al Ministerio de Salud y a las autoridades correspondientes a garantizar los derechos de las mujeres y a asegurar condiciones dignas de atención en todos los centros de salud del país.
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