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Violencia obstétrica: La huella que deja un parto traumático

Compartimos reportaje realizado por la periodista Francisca Sepúlveda en Meganoticias, puede ver el link del video acá.

Desde tratos humillantes, cesáreas injustificadas o procedimientos médicos que no son informados a la madre en el medio del parto, son algunos de los casos que han sufrido cientos de pacientes que aseguran haber sufrido la llamada violencia obstétrica.

El tema fue abordado en la zona de Reportajes de Meganoticias y se apunta a atenciones deshumanizadas que se han vuelto mucho más comunes y que en algunos casos sobrepasan todos los límites, ya que se pone en riesgo la vida de la madre y del hijo. 

Este es el caso de Luis Véliz y su esposa Laura Sepúlveda, quienes siguieron todos los pasos correspondientes y jamás tuvieron problemas en medio de la gestión de Rafaela.

Con 36 semanas de embarazo, Laura comenzó con contracciones, pero asegura que luego de casi 6 horas de trabajo de parto, el médico tratante sin consultarle ni explicarle decidió otro camino en el pabellón.

«Acostada con las piernas amarradas, el doctor saca unos implementos y yo diciendo por favor pónganme anestesia y me empieza a poner las tenazas y sintiendo todo», relató la madre.

La situación generó una complicación médica, ya que Laura asegura que también le rogó a su propio doctor que le hiciera una cesárea, pero no los escuchó y en contra de la solicitud y de otros profesionales en la sala de parto continuó con el uso de fórceps.

El padre, Luis Véliz, a quien se le impidió ingresar a la sala de parto, sostuvo que «fue tanto el daño provocado, fue tanta la violencia con que este tipo la trató, que le provocó primero una asfixia severa a mi hija, le provocó un infarto cerebral, y una fractura múltiple de cráneo, Le destrozó el cráneo con los fórceps».

Así Rafaela nació a las 12 y media de la noche del 01 de noviembre del año pasado sin signos vitales y fue reanimada en el mismo pabellón durante 15 minutos.

«La dejó enferma, la dejó ciega. La mató en el parto. Entonces imagínate el sufrimiento, 6 meses hospitalizada, intubada, haciéndole miles de exámenes, craneotomía, pinchándola por todas partes y nosotros 6 meses viéndola cómo sufría ella», señaló la madre.

Por estos días, Rafaela ya cumplió su primer año de vida en medio de cirugías, terapias y medicamentos que va a necesitar de por vida.

Sobre el tema se refirió Marisa Navarrete, abogada del caso de Rafaela Véliz, quien señaló que «el médico pasó por encima de la voluntad de su propia paciente. Entonces aquí hay muchas infracciones, primero a los derechos de la mujer, y luego a los derechos de esa pequeña mujer que nació, nació muerta, y gracias a otros médicos fue reanimada y pudo sobrevivir».

Así la familia presentó una querella en contra del ginecólogo Jaime Roa Burgos, el médico que encabezó el parto, por lesiones graves, pero después de un año de iniciada la acción judicial, el Ministerio Público aún no toma las primeras declaraciones

«La vamos a hacer feliz (a su hija), esa es nuestra meta, pero no vamos a olvidar nunca lo que pasó. O sea el responsable absoluto del estado de mi hija es Jaime Roa Burgos, él fue responsable y tiene que pagar», sentenció el padre.

El pequeño Gabriel nació el 27 de abril en un procedimiento que nadie le explicó a su madre Cecilia, ya que quedó con una cicatriz en «forma de T» en su vientre que no sabía que iba a tener y que no le permitirá ser mamá nuevamente.

«Nadie, nadie me explicó lo que podía pasar al interior del pabellón. Yo sinceramente pensé que en un momento mi bebé se había muerto o que yo literalmente me iba a morir dentro del pabellón», aseveró.

Dos horas pasaron desde el nacimiento de su hijo hasta que pudo tenerlo en brazos, en un procedimiento que fue tildado de humillante en una clínica privada de la región de Valparaíso.

«Yo siento sinceramente que a mí me robaron mi parto, me robaron mi lactancia, la posibilidad de ser madre nuevamente, y no solamente a mí, sino que a mi pareja y a mi familia en general. Hay un trauma de todo lo vivido», agregó Cecilia.

Violencia obstétrica no está contemplada en nuestra legislación 

Vivir un parto traumático tiene serias consecuencias en la salud mental, pero la violencia obstétrica no está contemplada en nuestra legislación y es un proyecto de ley que «duerme» hace dos años en el congreso.

Esto se suma a una encuesta realizada en 2017 por el Observatorio de Violencia Obstétrica, que evidenció que más de la mitad de las mujeres en Chile la ha sufrido.

Ya en 2019 Naciones Unidas reconoció la violencia obstétrica como una violación a los derechos humanos de las mujeres, siendo un trato deshumanizado y humillante ante maniobras o procedimientos no justificados en la atención del parto. 

Ahora la tarea es poner nuevamente a la mujer al centro de la atención del parto, con un trato digno, siendo escuchada por sus necesidades y dolores, evitando los tratos humillantes y procedimientos no consentidos.

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