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DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS EN LA CONSTITUCIÓN

Como organizaciones feministas y profesionales del ámbito de la salud sexual y reproductiva, representadas en agrupaciones como ASOMAT, OVO Chile, ONG Matria Fecunda, ParirNos Chile, Gestoras en Red Chile, Fundación Almatriz y Aldea Mujer, queremos manifestar nuestra preocupación luego del proceso democrático vivido ayer, donde el país decidió rechazar la propuesta de una Nueva Constitución, con principios feministas y paritaria.

Como colectivo que trabajó para presentar una iniciativa de norma que incluyera los Derechos Sexuales y Reproductivos en la nueva Constitución, no podemos ser indiferentes al proceso constituyente desarrollado, ya que formamos parte latente de éste junto con activistas feministas y de las disidencias sexo génericas, quedando incorporadas nuestras propuestas en su artículo 61 con el respaldo de más de 15 mil firmas de ciudadanas y ciudadanos. 

Valoramos las instancias representativas y participativas de la Convención Constitucional, pero también constatamos que los silencios perpetúan prácticas que han estado a la base de las violencias y obstrucciones que vivimos cuando se trata de defender nuestros derechos sexuales y reproductivos. Por eso, hoy no queremos dejar pasar nuestro sentir y manifestar aquello que consideramos necesario para  seguir avanzando en un trabajo colectivo, autogestionado, con real participación ciudadana,  respetuoso y con sanas formas de relacionarnos. 

Claramente, el resultado del plebiscito de salida nos afectó y esto nos deja muchos aprendizajes, sobre todo a la hora de evaluar en su conjunto un proceso que se venía gestando desde que la ciudadanía se manifestó en el estallido social de octubre del 2019.

Somos organizaciones articuladas en torno a la defensa de la autonomía de nuestros cuerpos que necesitamos reflexionar la manera en que estamos respondiendo a las demandas de la ciudadanía en torno a la salud sexual y reproductiva, pues así como exigimos el reconocimiento constitucional en este ámbito, creemos que hoy corresponde exigir la bajada a los territorios y una mayor cercanía con las personas. 

Es por ello que no estaremos dispuestas a que se limiten los espacios de participación de la sociedad civil, ni mucho menos, que la futura Constitución sea redactada a puertas cerradas por un panel de expertos. Estaremos atentas a denunciar cualquier práctica que limite el pleno ejercicio de la democracia participativa, paritaria y pluralista que el pueblo requiere.

Albergamos la esperanza de que el proceso continúe y sea profundizado, realmente esperamos que el actual gobierno conduzca a un nuevo proceso constituyente a la brevedad, el cual no nos cabe duda que será un proceso democrático, en donde exista la paridad como un mínimo ético-político fruto de nuestra lucha feminista, aspecto que no tranzaremos, ni retrocederemos. 

Como movimientos sociales trabajamos por y para los derechos sexuales y reproductivos, defendemos la autonomía de los cuerpos, la necesidad de educación sexual integral, el reconocimiento de las diversidades y disidencias sexo genéricas en esta materia, en base a la evidencia empírica y libres de prejuicios. Coincidimos en que estos derechos pueden materializarse en una sociedad libre de violencias de género en todas sus formas, poniendo especial énfasis en la dominación del cuerpo sexual y reproductivo más invisibilizada en nuestra sociedad: la violencia gineco-obstétrica. 

Seguiremos impulsando los cambios que queremos y por eso les invitamos a sumarse de forma activa, que esta derrota nos aliente a seguir trabajando con mayor fuerza. Estaremos pendientes, atentas y observantes, porque somos 4.860.093 mujeres, hombres y disidencias, quienes abrazamos esta nueva Constitución, que pensamos en un mejor futuro para las nuevas generaciones, por por sobre todo abrazamos la idea de un proyecto colectivo, donde el bienestar de todos y todas estuviera garantizado, por eso nos pronunciaremos hoy y siempre frente a lo que anhelamos sea un hecho. 

Nuestra convicción está intacta, por eso empujaremos un nuevo proceso con acciones concretas, buscando asertivas formas de organización ciudadana para seguir representando a mujeres y disidencias que desean garantizar sus derechos sexuales y reproductivos como parte de los derechos sociales básicos de una Constitución.

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